Según refiere el autor: “El comunismo ha muerto política y socialmente; fracasó como ideología. Lo que nos quedó, o lo que deberíamos proteger, es la democracia, la libertad, los derechos humanos y la economía de mercado; pilares que defiendo en mi libro La Pirámide de la Libertad“.

Sin embargo, hoy nos enfrentamos a un obstáculo que trasciende la izquierda o la derecha: Pedro Sánchez. Un líder marcado no por la ideología, sino por un narcisismo autoritario, una opacidad sistémica y una mentira compulsiva que hemos normalizado peligrosamente. Mientras él abusa del lujo y del avión oficial con una huella ecológica devastadora, la prensa escrita agoniza ante la era digital y la IA. Y es ahí donde el Gobierno aprovecha su debilidad financiera: comprando voluntades, repartiendo subvenciones a dedo y decidiendo quiénes son los “periodistas buenos” para silenciar el escándalo.

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